lunes, 16 de diciembre de 2013

Nelson Mandela (1918-2013)

Texto de Ángel Villarías Robles.

La muerte es algo inevitable.
Cuando un hombre ha hecho lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país,
puede descansar en paz.
Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto,
dormiré por toda la eternidad.

Parecería objetivo fácil de alcanzar si los principios básicos no estuvieran tan devaluados. (¿Principios? ¿De cuánto dinero estamos hablando?). De esta forma, lo que ha sido una conducta ejemplar, se transforma, por dolorosa comparación en los telediarios, en algo cercano a la santidad. Así de cara se ha puesto la ética en los mercados especulativos.

Criado en una tribu de régimen asambleario, en verdadera democracia, y formado en las mejores escuelas antes de convertirse en abogado del Congreso Nacional Africano, recibió los necesarios recursos para enfrentarse a toda injuria y salir fortalecido de la cárcel. La clave es la educación. Lo saben bien los finlandeses y premian con el honor nacional de la docencia sólo a los mejores. Los resultados son concluyentes. España juega en otra liga que puntúa  igual traducir La Eneida o despejar una ecuación que saber cantar con el adecuado tono "Venid y vamos todos con flores a María" . No sólo se pierde el partido antes de salir a disputarlo,  sino que se compromete seriamente el futuro de un país. 

En cuanto a las luchas por el color, conviene estar atentos a los mensajes que siempre nos manda la sabia naturaleza: el color negro contiene todos los colores, los absorbe, los integra. El color blanco, en cambio, los refleja, los devuelve. No seamos, por tanto, tan excluyentes.

Ahora que los ciudadanos sudafricanos han entendido su muerte como la celebración de una vida plena, ya pueden llegar los chicos de los recados para tratar de aprovecharla en su beneficio. Algunos, para evitar el agravio comparativo, han declinado el doloroso,  y ahora dicen que costoso, viaje. Las
cámaras no mienten. Los micrófonos tampoco. Seguiremos atentos.

Seguir su ejemplo está a nuestro alcance porque no se nos pide cambiar un gobierno, un país. Bastará, de momento, con pequeños gestos de educada convivencia: silenciar el móvil, saludar, sonreír… Tener en cuenta nuestra posible molestia en los demás. No hacer demasiado ruido. Ya sabes, poca cosa. Todo gratis y sin mucho esfuerzo. Continuará.

No me llamen, ya les llamo yo.
-Nelson Mandela-

El poema que le ayudó a mantenerse firme cuando intentaron doblegarle:

"Invictus"

Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el horror de la sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.
----

William Ernest Henley
(1849 — 1903)
"A Book of Verses" (1888)

Henley también lo hizo con una sola pierna
por las secuelas de una tuberculosis artrítica.

Los dos, hechos de una pieza, de madera noble.


En la Biblioteca puedes conocer más sobre Madiba:


Título Signatura
Heroica tierra cruel : crónicas africanas 323 CAR
Mis cuentos africanos 398 MIS
El factor humano B MAN
11 de febrero de 1990 : la liberación de Nelson Mandela   B MAN
Nelson Mandela VID B MAN
Invictus VID DRA INV

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