jueves, 13 de junio de 2019

Este cuento no ha acabado, por Sandra Marín Gómez

Texto galardonado con el Primer Premio en el I Certamen Literario Pozo del Tío Raimundo.



Hay historias que se dan por terminadas, colorín COLORADO este cuento se ha acabado; pero muchas veces está en nuestras manos el poder revivirlas, el darles vida de nuevo, continuarlas para que jamás caigan en El Pozo del olvido y sí en el de la sabiduría. Que el saber no ocupa lugar y nuestro Pozo es muy, muy hondo, como el buen flamenco.

Y como un cuento, dejadme que os cuente:

Había un lugar en Madrid que se creaba como se crearon las mejores obras, con barro; la tierra se empapaba de sudor y lágrimas y así nos daba aquel material. Con él sus gentes empezaron a construir sueños, y casas donde poder cobijarlos, porque a veces los fuertes temporales se los podían arrebatar.

Y así comenzó El Pozo del Tío Raimundo, barrio que pertenece al puerto de Vallekas, un puerto por el que navegar con o sin rumbo fijo a través de sus calles. Calles llenas de alegres y tristes historias, de luchas y mil batallas y es que l@s piratas nacen donde quieren y  much@s decidieron hacerlo en Vallekas. Y si vuestra nave un día os lleva a la deriva y os encontráis con la calle Luís Marín sabed que fue uno de los más valientes piratas que surcaron las bravas aguas de todo Madrid.

Quiero sentirme libre igual que el viento,
como los pensamientos y las olas del mar,
y sin embargo estar atado a un conjunto
de leyes justas.
(Luís Marín).

Luís llegó con diecisiete años de Ronda (Málaga) a El Pozo del Tío Raimundo (eran los años 60), con una mochila cargada de duras experiencias y a pesar de ello con mucho hueco para la esperanza.  Aquí le esperan sus padres a los que no veía más que en contadas ocasiones, la vida había sido muy dura con ellos y no pudo ser de otra manera. Anteriormente Luis había vivido en Ronda con unos tíos, Rosario y Juan que le consideraban, ante la falta de hijos como uno propio. Sus padres biológicos Antonio y Trinidad tenían cuatro hijos, Bartolomé (que es mi padre) Luís, Inés y Rafaela. Son gente de campo que lucha de sol a sol y vienen a buscar a Madrid una mejor vida.

Luis viene del campo con los pocos conocimientos que le habían podido enseñar algunos profesores ambulantes que andaban por aquellas tierras, conocimientos que irá ampliando ya una vez en Madrid. El Padre Llanos que descubre la gran inteligencia de Luís y sabiendo que por sus pocas posibilidades económicas era complicado que cursara estudios mayores le proporciona residencia con los Jesuitas en Plaza Castilla y desde allí se desplaza hasta su trabajo y también a la Facultad de Derecho y de Medicina, ya que cursaba las dos carreras. Compagina sus estudios con trabajos como pintar muros, descargar mercancías, etc.

Además, Luís compone letras de palos flamencos que domina con asombrosa facilidad. Las letras eran casi en su totalidad reivindicativas de la situación sufrida por la clase trabajadora, hecho delictivo en el tiempo de máxima represión.

-Empecé a cantar desde pequeño (contaba Luís en una entrevista), yo creo que un poco influido por el ambiente familiar y de la tierra; ya sabes que en Andalucía existe a niveles populares una especie de facilidad para la música y el ritmo.

Los problemas de desarrollo y adaptación, el ver una realidad urbana y proletaria tan absolutamente dramática aceleraron mi toma de conciencia. Cantar se convirtió en algo que me podía servir como herramienta de expresión de todos estos problemas que yo veía a mi alrededor.

No soy como el canario
que va cantando,
soy un arma del pobre
que va gritando.

(Letra interpretada por Luis Marín en el homenaje a Giner de los Ríos en Ronda, 1976).

Luís está afiliado a la ORT (Organización Revolucionaria de Trabajadores), la política es una parte importante también dentro de su vida.

Cuenta con la admiración de muchos intelectuales de Madrid. Es considerado un hombre con altas virtudes éticas, vuelca su vida en ayudar a los más desfavorecidos.

Las personas más cercanas a él siempre le describen como un gran intelectual, hombre generoso, amable, educado y respetuoso y es que no está reñida la valentía con los buenos modales.

Graba dos discos:
Cantata de Andalucía (con letras de Andrés Sorel, fragmentos de poemas de Rafael Alberti y Miguel Hernández entre otros y la guitarra de Perico “el del Lunar”).
El Anarquismo Andaluz (libreto de José María Diez Alegría) ambos discos en la importante serie de Movieplay Gong y producidos por Gonzalo García Pelayo.

Pero sus manos
cada vez que se cierran
son como rayos.
Que se rebelan
y esperan que le liberen
de la miseria.

(Fragmento de una trillera extraída de su disco Cantata de Andalucía).

Muestra su cante en festivales, asociaciones de vecinos, clubes parroquiales, mítines políticos y otros tantos lugares. Y escribe, en muchas ocasiones poesía.

-¿Te sientes poeta?
-Creo que sí. Si poeta es sentir nostalgia ante las cosas hermosas que hacen que te abstraigas en ellas y desees expresarlas con las mejores palabras.
“Pena me da ver mentes tan hermosas y que puedan desprender tan pocas cosas.  El mundo lo único que necesita es amor.”

(Luís Marín).

Luís tiene superados tres años de Medicina y le faltan pocas asignaturas para terminar Derecho.

Martes 20 de junio de 1978

Luis ya tiene 29 años, viene de una exposición de Joan Miró, pasea acompañado de su novia por el Paseo de Calvo Sotelo de Madrid…

Miércoles 21 de junio

EL PAÍS
Luis Marín, cantante popular andaluz, de veintinueve años de edad, murió ayer, hacia las dos y media de la madrugada, a consecuencia de las heridas sufridas al ser atropellado por un coche en el Paseo de Calvo Sotelo.

Varios medios se hicieron eco de la noticia de su muerte dándose distintas versiones en unos y otros, ya que su muerte ocurrió en no muy claras circunstancias y sin poder aclarar si fue un accidente o un asesinato; nunca se llegó a saber.

Cayó al suelo una paloma
que le partieron las alas,
parece que convenía
que el vuelo no levantara.
Ramita de olivo del pico cayó.

(J. Menese, al cante Farruca de Menese, extraída del libro El Flamenco en Ronda y La Serranía).


Desde las 12 de la mañana, numeroso público se fue concentrando en el Hospital San Carlos, donde estaba expuesto el cadáver. Vecinos del Pozo del Tío Raimundo y de Vallecas, cantantes, músicos, artistas y militantes de la ORT componían el grueso de la asistencia, que fue desfilando ante el féretro de Luis Marín. Al entierro asistió una delegación del comité central de la ORT, presidida por Avelino Hernández.

-¿Luís, que es para ti la vida?
-No es fácil dar una respuesta convincente para todos de este término tan abstracto en sí mismo y tan concreto en nosotros, pero para mí más o menos es como un nacer, contemplar una realidad, tomar postura ante ella y entregarte al mundo al que perteneces. Cuando llegue la muerte estar tranquilo y pensar que ese es como el postre a la comida que has ido ingiriendo.


Marzo de 2019

Y yo que soy la que os narra esta historia soy la sobrina de Luís, Sandra Marín Gómez.

Mi tío Luís murió en junio de 1978 y yo nací en junio de 1979, por lo cual no pude llegar a conocerle en vida, pero crecí rodeada de sus libros, escritos, de su música y noticias de periódicos que hablaban de él; también escuchaba contar a mi familia relatos sobre sus vivencias y así fue como aprendí a quererle y respetarle aún sin haberle conocido.

Como os he dicho soy Sandra la hija de Bartolo (hermano de Luís) y Juani y también me he criado en El Pozo del Tío Raimundo.

Si cierro los ojos y empiezo a recordar cómo empezó mi historia… Me veo en una calle de chabolas algunas pintadas de cal blanca, hay chiquillos jugando en la calle y adultos que van y vienen, veo un bidón en la calle en el que han hecho una fogata y están asando unas patatas envueltas en papel albal.

-María, ¿de dónde vienes?
-De la tienda del Felipe.


Entro en mi casa y veo en el patio macetas de geranios de muchos colores, oigo la risa de mi madre y me acerco, está preciosa con un vestido rojo de tirantes y unas flores bordadas en el pecho, ella y mi abuela María se están riendo juntas. Yo también sonrío me encanta verlas felices.

Por las noches duermo en una cama que creo que hay en el salón y a veces me cuesta conciliar el sueño porque oigo ruiditos.

-Juani -dice mi abuela -yo creo que hay cucarachas, esta noche me pareció oír algo detrás de ese mueble.
-Habrá que moverlo mamá.


Vaya que si había, menuda estampida y algún que otro grito de las mujeres al verlas también hubo. Zafarrancho y limpieza a fondo.

Las chabolas aunque estuvieran muy limpias tenían esas cosas que al estar en calles sin asfaltar, eran muy propensas a tener cucarachas y algún que otro animalito más de vez en cuando je, je.

Más tarde El Pozo comenzaba a cambiar, cambio que en gran parte se debía al Padre Llanos y a los inmigrantes que formaban El Pozo y luchaban con gran solidaridad y rebeldía buscando justicia y libertad.

Yo tendría unos 4 años cuando se entregaban las viviendas de promoción pública y se hace un gran festejo en el barrio. En mi calle vive gente andaluza, extremeña, manchega, etc.

Es como vivir en un pueblo dentro de la gran capital, vivo un tiempo muy feliz. Mi casa es una fiesta en mis cumpleaños, mi padre canta, mi madre da palmas, el primo Juanito toca la guitarra, está casi toda la familia con nosotros de celebración.

Pero pronto se torcerá aquella bonita sensación porque mi madre cae enferma la diagnostican cáncer de pecho y aquellos recuerdos serán los más duros de mi infancia, con idas y venidas de mi madre al hospital y largos ingresos. Para mí son recuerdos tan duros que prefiero pasar por ellos de puntillas; pero sí quiero dejar aquí constancia porque lo merece y mucho, la gran valentía de mi madre luchando hasta el final con una sonrisa en la cara y su gran bondad.

En el colegio a veces nos teníamos que disfrazar y recuerdo con gran cariño como estando ingresada en el hospital me hacía llegar los disfraces que ella me hacía allí para que pudiera disfrazarme como los otros niños. 

Pasa mucho tiempo y mi madre sigue hospitalizada, un día me llevan a verla al patio del Gregorio Marañón, es de los últimos recuerdos que tengo de ella.
Sigue pasando el tiempo y como mi madre no puede verme, mi vecino Juan me dibuja un día y me dice que se lo darán a ella para que me vea.
Pero mi madre, Juani, ya nunca vuelve.

Se reúne toda la familia y me llevan un momento a la casa de Rosario y Juan los tíos que cuidaron de mi tío Luís y que también vivían en El Pozo, por el camino veo a vecinos que hay en la calle mirarnos con cara de pena ( yo no entiendo el por qué) y una vez allí en la casa de la tía Rosario escucho que la familia dice que me lo tienen que decir...pero yo no sé a qué se refieren.

Mi tía Inés me sienta encima suya y me pregunta señalando una foto de mi tío Luís que si sé dónde está él, yo le digo que sí que está en el cielo. Mi tía me dice que mi madre también está ahora allí. Y yo en mi inocencia la pregunto si es que está en un avión. Me dice que no, que mi madre ya no volverá que ha fallecido. En ese momento mis recuerdos se disipan un poco, creo que pasé un rato llorando y negando que aquello fuera verdad y luego me llevaron de vuelta a mi casa que estaba a pocos metros.

Ahí mi vida pega un nuevo cambio y bastante grande, mi abuela también decide irse porque no soporta los recuerdos que le trae el estar en mi casa, yo le ofrezco el dinero de mi hucha si no se va; no quería perderla también a ella. Pero mi abuela no puede con el dolor y debe irse.
Mi madre fallece con 32 años y yo en aquél entonces tengo 7 años. Como mi padre ha de seguir trabajando, a pesar de yo seguir viviendo en mi casa con él, seré cuidada por distintas personas durante unos años y tendré idas y venidas en vacaciones a casa de tíos, etc.

Por aquellos años El Pozo se ha convertido en un barrio complicado para vivir, la droga ha venido para quedarse y el trasiego de drogadictos hace que haya bastante delincuencia, son muy normales las peleas con navajas, los robos, las jeringuillas clavadas en los árboles y tiradas en el suelo.

En muchas casas del barrio se sufre la desdicha de algún hijo que ha caído o el amigo del hijo, etc... Vivo de cerca las consecuencias, en las casas de algunas de mis amigas, aun siendo familias de gente trabajadora y respetable también ha tocado por desgracia, la droga no tiene miramientos puede llegar a cualquier sitio; puertas de casas rotas por los golpes del hijo desesperado, robos a padres para poder pagarse la droga y desesperación mucha desesperación.

Los niños por aquel entonces vamos al colegio y luego jugamos toda la tarde en la calle.

Se escucha la canción del “Vaquilla” cantada por Los Chichos, “Dame veneno” de Los Chunguitos, “Se tiene que ir” de Tijeritas con la cual se me caen durante años lagrimas como puños porque desgraciadamente se cómo se siente el pequeño.

Pero no todo es tristeza, también hay muy buenos momentos de risas y juegos con los amig@s.

Desde pequeños El Pozo nos enseña a estar “jodidos” pero contentos.

Así que eso de barrio deprimido como dicen por ahí, será porque su situación geográfica esté más abajo que las partes que lo rodean (que desconozco si es así); porque es un barrio alegre donde los haya, que aun teniendo la problemática que ha tenido, ha sabido sacar chistes de muchas de sus desgracias y poner una sonrisa a los rostros más castigados con su solidaridad y esperanza en miradas desoladas.

Son muchas las anécdotas que recuerdo, pero entre ellas jamás olvidaré la de aquel día...

Calle Lele del Pozo, estamos jugando varias amigas que solíamos ser Deli, Pupe, Angelines, Aurora , Vane y yo, jugábamos creo recordar a un “Pillado” por ello corríamos como locas de un lado a otro, cuando de repente vemos a Vane sentada en la acera riendo a todo reír con todas sus ganas y claro había que ir a compartir con ella ese buen rato, me siento a su lado y empiezo a reír yo también de verla a esto pasa otra que nos ve y se nos une, las tres venga a reír porque lo hacíamos con tantas ganas que contagiaba y me pregunta entre risas.

-¿De qué se ríe Vane?
-No lo sé la verdad (yo llorando de la risa).
-Vane ¿de qué te ríes tanto? -le pregunto.


Viene otra amiga que al vernos también empieza a reír.
- ¿De qué os reís?
-Jajaaaa no sabemos, “La Vane” que no para jajaaa.


Pero Vane sigue sin parar de reír y no nos lo cuenta. Nos juntamos todas y lo pasamos en grande venga a reír todas con ganas tantas que llorábamos de vernos las unas a las otras y cuando ya no podíamos más Vane hace un parón y nos dice.

-Seréis gilipollas, estoy llorando. ¡Me ha pillado un coche!

Ostras ese día aprendí que las apariencias engañan y que la Vane no tenía ni puñetera idea de llorar.

Nuestra cara fue un poema, nos quedamos a cuadros, afortunadamente había sido algo leve y Vane se recuperó pronto. Creo que fue escayolada un tiempo y poco más je, je.

Otro día estamos jugando en la calle con los patines cuando viene un niño y le roba la bici a otro de nuestra calle, y Deli que es la líder por valiente, me pide mis patines que eran más rápidos que los de ella y sale tras el ladrón, le pilla y le quita la bici, pero empiezan a pelearse.

Cuando llevan un rato sale un chico de una ventana y gritando dice:

-Eeeee ¿qué pasa?

El ladronzuelo le dice a Deli -Verás que viene mi hermano.

Vemos como llega el hermano y Deli se queda esperándole porque tenía claro que vendría a por ella, cuando se va hacia el hermano pequeño y empieza a darle de lo lindo. Nosotras alucinadas.

Le oímos entre golpe y golpe.

-Toma y toma y toma, por dejarte pegar por una niñaaaa. 

Así que ese día recibió por todos lados.

En el barrio tenía grandes amigas y amigos, algunas de ellas que aún conservo como Manolo, Deli, Raquel; amigos de mis padres como Julia, Rafa y muchos vecinos a los que tengo mucho cariño. También parte de mi familia, algunos de ellos que aún viven allí, “La chacha Paca” (abuela de mi querida prima Rocío) y sus cuatro hijos, El Niño y Mari Carmen que se fueron a vivir a otros lugares, Aurelio y Juanito que aún viven con ella en el barrio, también está Frasquito y sus dos hijas que creo viven fuera del barrio. Y otros que ya no están pero que nos verán desde ahí arriba La tía Rosario, el tío Juan, el tío José, el “Chacho Salvador” y Mikaela.

Son muchos los recuerdos que vienen a mi mente, la guardería Borja, las tardes aprendiendo a bailar flamenco con Candela Soto.

El Lele vendiendo cupones y charlando con unos y otros.
La tienda de la Juani, al lado la churrería y muy cerca, el zapatero.
El Centro Cívico, el Auditorio, la cuesta del Ahorra Más y La Plaza.
El parque y el rastrillo los domingos.
Y como no, nuestro barrio vecino Entrevías donde hice tan buenos amigos Esther, Dani y muchos más.

Pero quiero hacer una mención especial a la Peña Flamenca “El Duende” porque en ella pasé muy buenos ratos. Empecé hablando de mi tío Luís y quiero terminar hablando de mi padre Bartolomé Marín.

Bartolo es original, ante todo, porque nunca conocí a alguien igual que él y aunque discutíamos mucho porque yo no entendía su manera de ver la vida y actuar, he de agradecerle muchas cosas buenas que me enseñó.

Me enseñó a no dar excesiva importancia al dinero, hay cosas mucho más importantes en la vida. Me enseñó a reír, a ponerle humor a las peores experiencias. Me enseñó a elegir a mis amigos y no dejar que fueran ellos los que me eligieran. Me enseñó a no juzgar a las personas por su aspecto. Me enseñó que la droga solo traía desgracias.

Bartolo amaba el flamenco, cantaba maravillosamente bien y a mí me encantaba escucharle.

Guardaba cierto parecido con Bertín Osborne para que se hagan una idea, moreno de ojos claros, pero con menos caballos que él.

Y yo le quería, a pesar de nuestras diferencias, le quería y quiero con toda mi alma al igual que a mi madre, al igual que quiero a mi tío Luís sin haberle conocido, al igual que quiero al Pozo y me siento orgullosa de mi barrio.

Créanme que no habría otro barrio mejor en el que haber crecido, porque en El Pozo no se crece solo por fuera, El Pozo te hace crecer por dentro.

4 comentarios:

  1. Me ha encantado Sandra. Su lectura me ha teasportado a aquellos momentos que han modelado la pedazo mujer que eres.

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    1. Mil gracias Paz, un honor recibir tan buena crítica y más aún viniendo de tan maravillosa artista y persona ❤

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  2. Hola Sandra, ¿hay alguna posibilidad de contactar contigo? Gracias

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  3. Gracias Luis por ser la voz a favor de la libertad y los derechos, tu valentía y derecho a expresarte libremente y ser la voz de los oprimidos... Tu lucha te costó la vida..., accidente??? igual que el "accidente" de Jorge Cafrune en Argentina, e igual que muchos otros asesinatos disfrazados de "accidentes"... 2023 aún sigues vivo...

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